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viernes, 12 de agosto de 2011

Fidelidad del tacto.


¿Sabes? ya lo acepte, de hecho, mis últimas palabras con Caro, fueron para decirle que la quería, y es la verdad, la quiero mucho, me duele todo lo que le pase, en verdad me dolió mucho verla llorar el miércoles, pero, pues no puedo hacer algo más.

Y las palabras textuales, tal y como se las dije fueron: Caro, te amo, y cualquier cosa que pase, tú sabes que me duele pero no puedo, hacer nada más, que amarte, y no quiero conquistarte con esto, solo quiero que por un momento apartes tu infelicidad...

Y ahora, es enserio, me duele, lo de tu mensaje, no por que quisiera conquistarte, solo el por qué te amo y así será… espero entiendas. Espero me comprendas el por qué no te puedo dejar, entiendas también el por qué durante los últimos días has recibido algunos mensajes.

Espero no lo tomes a mal, pero todo esto que sucede, no lo voy a dejar de sentir, así que espero que tengas tiempo, para comprender el por qué tanto hablar de paciencia…

Algún día pensé en amarte, pensé en ser felices, amarte… en el tiempo justo, vivir en nuestra soledad. Soledad; pero, simplemente nuestra. Más tarde fui a dormir, por alguna extraña razón dormí pensando en ti. De esto, tú ya sabes mucho.

Pero al soñarte, fue magnífico despertar; despertar con el sabor de tus labios impregnados en los míos, es difícil aun describir la sensación de esto, por ahora solo puedo decir que volar entre sueños, es estar ahí, magnético e impredecible… solo con esa sensación de romance pleno, aquella sensación que no se puede describir.


“Fidelidad del tacto”


Para entender tocamos cada cosa.

Percibimos así

El misterioso cuerpo que habitamos.

Nos detenemos casi con lujuria

En cada miembro,

Pero nos llama la atención un poco más

La parte izquierda sobre su pecho:

Es su latido un golpe débil, persistente.

Luego avanzamos con las manos por delante,

Encontramos objetos de índole rugosa:

Alguna silla, un plato

Que se rompe,

Una pared que, casi atenta, nos detiene.

No es que no podamos ver cada momento:

Los ojos nos informan cada cosa.

Es solo que algo adentro del cerebro

Se ha dormido y ya no quiere

Traducir el sentido de este mundo.

Solo las manos nos responden

-quien sabe que favor nos agradecen-.

De algún modo así nos la arreglamos

Para andar como siempre

Buscando comprender la inexistencia.

De pronto tropezamos

Y al caer

Un algo raro nos escurre

De la boca.

Pero no es sangre ni saliva:

Mis manos tantean su superficie

(Un algo etéreo, suave, cálido, húmedo)

Parecieran unos labios,

Abro los ojos, eres tú.

Pero de nuevo, abro los ojos.

Otra vez estoy soñando.

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