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jueves, 1 de octubre de 2009

¡Dos de Octubre no lo olvides!

(Miguel Hernández dice: tristes guerras, si no es el amor la empresa, tristes, tristes. Tristes armas si no son las palabras, tristes, tristes.)


Cuando se habla de 1968 muy pocos recuerdan la olimpiada en la ciudad de México. Mas bien se recuerda la masacre de la plaza de las tres culturas ¿lo vez?, no importa el esfuerzo de los medios por ocultar la verdad, esta siempre permanece. La historia oficial también intenta minimizar la infamia del 2 de octubre, fecha que no se puede olvidar ni estando muertos los responsables. La indignación que provoca el acto represivo del 2 de octubre pasa de generación en generación. Muchos de ustedes ya lo ven como algo ajeno y lejano. No se equivoquen no bebería de serles ajeno, por que la mayoría de las personas que murieron ese 2 de octubre, tenían tu edad, se cortaban el cabello igual que tu e incluso escuchaban la misma música que tu solo que en 1968.

El entonces presidente Días Ordaz y la clase política de entonces era igual a la de ahora, ansiaban ser primer mundo, ansiaban borrar la miseria para que su vecino rico los tratara también como ricos; pero nunca supieron que el subdesarrollo se lleva en la cabeza y no se borra ni vistiéndote caro, ni urbanizando selvas con centros comerciales, ni organizando una olimpiada.

Y aunque para la clase política de ayer y hoy todos nosotros somos los “subdesarrollados”, pues la verdad es que mando a matar a estudiantes de Prepa, de la Universidad, del Poli, profesionales, filósofos, artistas, químicos, biólogos, obreros, personas de provecho, adolescentes, señoritas que pedían un trato digno y liberación de estudiantes presos. Eso era ir “contra el sistema”. Por lo tanto en la cabecita de los “gobernantes” todos los que se manifestaban contra el PRI eran traidores a la patria. Sobre todo los greñudos, amantes del rock y las drogas, pensantes, críticos, a quienes consideraban, Herejes. Vagos. Mugrosos. Pobres. Mano de obra.

Como hoy se manipulo a los medios para dar la imagen de que “ser greñudo era ser comunista”, sinónimo de drogas y promiscuidad. Bueno, hasta la iglesia apoyo a sus cuates repartiendo papelitos que decían: “En esta casa somos católicos y no aceptamos propaganda comunista”. Pero bueno ya sabemos a quien bendice la iglesia.

Todo comienza con una bronca, el 22 de julio, en la Ciudadela, dos pandillas se enfrentan a los estudiantes de las vocacionales 2 y 5 del politécnico. Un día después, la bronca se reinicia y aparecen los granaderos. O ¿alguna vez has visto a un granadero defendiendo a algún obrero de un empresario encajoso?

Esto provoca a los estudiantes del Poli y de las 10 de la mañana a la 1 de la tarde, 3 mil politécnicos pelean contra los granaderos. El saldo es de cientos de estudiantes y maestros detenidos y otros tantos golpeados.

Siguen importantes marchas, golpizas (todas de gran importancia y que el tiempo ha ido gastando, por lo tanto, NO SE DEBEN OLVIDAR), la entrada del ejercito (con un bazucazo) al Colegio de San Idelfonso, violando así la autonomía universitaria (Echeverria, en ese entonces secretario de Gobernación, dice que la acción militar fue razonable y apegada a la ley). Ya sabes: la fuerza en manos del Estado es “derecho” y en manos del pueblo es “crimen”. Todo normal como ha sido y será.

Sigue la satanización de los estudiantes en los medios. Se unen sindicatos independientes a los estudiantes de la UNAM y del Poli. Aparece su pliego petitorio que ojo: nunca menciona un levantamiento armado, sólo pide lo que todo país que se denomine “democrático” debería ofrecer.

1. Libertad a los presos políticos.
2. Destitución de los generales Luis Cueto Ramírez y Raúl Mendiolea.
3. Extinción del Cuerpo de Granaderos, instrumento directo en la represión y no creación de cuerpos semejantes.
4. Derogación del artículo 145 y 145 bis del Código Penal Federal (referente al delito de Disolución Social), instrumentos jurídicos de la agresión.
5. Indemnización a las familias de los muertos y a los heridos que fueron victimas de la agresión desde el viernes 26 de julio en adelante.
6. Deslindamiento de responsabilidades de los actos de represión y vandalismo por parte de las autoridades a través de la policía, granaderos y ejército.

Los estudiantes descubren todo de golpe: la cárcel por tener una ideología diferente a la oficial, el delito de disolución social, la acción militar contra ellos (recuerden que estamos hablando de estudiantes, no de secuestradores ni narcos), el salvajismo de los cuerpos policiales/granaderos y la impunidad, entre otras cosas, de los políticos.

Son días de marchas, asambleas, discusiones, volanteo, unidad con amas de casa, obreros, artistas (de “arte”, no de “telenovelas”), trabajadores y sociedad, civil en general.

El 13 de septiembre del 68 se lleva a cabo la Manifestación del Silencio; que va del Museo de Antropología al Zócalo. En respuesta el ejército toma Ciudad Universitaria el 18 de septiembre. El gobierno Mexicano es aplaudido por la embajada estadounidense.

El 14 de septiembre, en San Miguel Canoa, un grupo de excursionistas trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla, llegan a Canoa en busca de hospedaje para subir a la malinche y son asesinados por el pueblo, acusados de ser comunistas y enemigos de dios y la iglesia. El fanatismo religioso es un factor más en contra del movimiento.

2 de octubre de 1968.

Cae la tarde. En la plaza de las tres culturas, alrededor de cinco o seis mil asistentes (estudiantes, ferrocarrileros, padres de familia, maestros, niños y vecinos del lugar), medio escuchan las palabras de los oradores. Un helicóptero suelta luces de bengala, lo demás ha sido más que discutido y revisado por la historia. El hecho fue que se trato de terminar con un Movimiento legitimo, que nunca pretendió cambiar con el sistema político, ni acabar con las instituciones, solo se pedían los derechos que cualquier persona debería tener. Ese ha sido el logro del 68, eso es lo que quedo en la memoria, eso es lo que no pudieron borrar los gobiernos subsecuentes y lo que hoy aun mancha, entre otras cosas, sus ropas con sangre.

Los culpables, hoy son huesos, tierra, nada. Pero la memoria reclama acabar con la impunidad. Juzgar a los hoy ancianos, responsables de estos hechos, es cerrar por fin una herida que por 41 años sigue sangrando.

El 68 fue un año de olimpiadas, pero RECORDAMOS más el hecho que ha quedado grabado como consigna, con el mismo peso que un “Sufragio efectivo y no reelección” o un “Tierra y Libertad” o un “Hasta la Victoria siempre”. Esa consigna es:

“2 DE OCTUBRE, NO SE OLVIDA”

La siguiente es una canción de un cantautor español con algunas pequeñas modificaciones. Que es para las madres de mayo, pero aquí con estas, pequeñas modificaciones. Se la quisiera dedicar a las madres del 2 de octubre, las abuelas, los hijos del 2 de octubre, por que queda claro que la única batalla que se pierde es la que se olvida.

Te busca madre mientras su cuerpo es mecido
por el mar en el que se sumerge dormido.
Sueña tu abrazo, busca recuerdos,
a los que aferrarse para no conciliar el sueño.

El mar se inquieta, es tempestad, lamento.
¿Quién pudo lanzar mil ángeles desde el cielo?
Y oye tus gritos, blancos pañuelos,
cubren sus aguas, los trajo el viento.
Manda una ola para que se lleve
a los traidores que sembraron tanta muerte.

En las calles, se oyen sus voces.
Les dicen "Nunca, nunca, olviden nuestros nombres".
Diles a las madres que en algún lado,
donde hace falta, seguimos luchando.

Madre, tu hijo no ha desaparecido.
Madre, que yo lo encontré andando contigo.
Lo veo en tus ojos, lo oigo en tu boca,
y en cada gesto tuyo me nombra.
Lo veo en mis luchas y me acompaña
entre las llamas de cada nueva batalla.

Guían mis manos sus manos fuertes,
hacia el futuro, hasta la victoria siempre.