Mañana.

Duerme tranquila, mañana es el día, pronto en unas horas, todo el mundo sabrá que estoy enamorado de ti.

No pondré un anuncio en internet, ni mucho menos, hare explotar New York; no secuestrare un avión, no se lo diré a mi familia, tampoco iré con un poema a entregártelo, no porque no quiera (tengo muchos en la alacena), pero esto no es lo mío, ni mucho menos contigo.

Mañana, me vestiré igual, de la misma forma que lo he estado haciendo, de la misma manera que me conociste, sin ningún cambio, mañana despertare con el pie izquierdo (gracias a la posición de mi cama), pero aun así tomare la bicicleta, hare tres o cuatro vueltas y volveré a mi casa, mañana será un día muy similar a este.

Tendrá algo de diferente, quizá haga el amor, no festejare algún cumpleaños, fumare algunos cigarrillos, pero ese mañana, lo estoy planeando, espero que no me decepcione, ni yo a el, porque, si lo hago de nuevo, eso de decepcionar, pues, no creo que sea muy bueno.

Pero este mañana amor mío será muy diferente. No te pediré que seas mi esposa, tampoco que vivamos juntos, ni te daré mi libro favorito, ni seré tan idiota de decirte “no sientes que vamos demasiado lento”

Mañana y solo mañana sabrás, al tener cualquier contacto conmigo, que te amo, que eres, tú de las mejoras de esta vida.

Mañana.

Esta noche, voy adormir,

y lo hago tranquilo

sin ningún aparente contratiempo

solo voy a dormir esperando,

soñar contigo, con tu cabello,

en tus ojos,

en tu nariz,

labios, el justo,

pero exacto caer de tus senos,

tus brazos, tus manos, que a veces;

tocan y a veces riñen,

tu sombra, tan hermosa como tú,

que, como en algún cuento de niños

cociste a mis zapatos.