Toco tus parpados, con un dedo toco el borde de tus parpados, voy dibujándolos como si saliera de mi mano, como si por primera vez tus ojos cerrados me hablaran. Y me basta cerrar los ojos, para imaginármelo; pero todo cambia. Cierro ahora mi mano y extiendo mi dedo índice. Ahora dibujo tu nariz, tus pómulos, y llego a tus labios, tus labios que no busco comprenderlos, solo imaginarlos, de tal manera que seas parte de esta historia.
Puedo seguir dibujando tu cuerpo, pero, me llevaría horas explicarlo, ¿en qué forma, en qué contexto? si pudiera decirte que solo emana de mi mano, que no sé si es algo que entra o algo que defino.
Pero aquí no me importa el juego de sombras que reflejan tus ojos o tus labios, ni tu nariz, aquí me importa lo que ves, lo que hueles, lo que besas, esta profunda obsesión, contigo, con mi aparente hermana.
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