Hola, pues, creo que descansé mucho tiempo, pero, no se. No sentía esas ganas de escribir algo, igual y sea por que no estaba “triste” ¿no han sentido que la tristeza es un gran motor para la escritura? Te la pasas el día, escuchando esas canciones, escribiendo, soñando, pero cuando llega la felicidad uno se encierra en esa burbuja, monótona y alegre que es la felicidad, vuelas, sueñas (claro, de diferente manera), te la pasas “bien”, hasta incluso besas…
Pero como imaginan ustedes, si, de nuevo, regresa la tristeza a mi, que no es tan malo como ustedes piensan, de hecho me agrada, aunque los amigos, te digan “ya no estés triste”, “ella no te conviene”, “en este mundo existen muchas”, claro, como bien dice, el viejo dicho (valga la redundancia), siempre hay un roto para un descocido.
Como ya les dije, estoy de nuevo “en circulación”, estoy de nuevo en bares, a esos en los que nunca veré, digamos que a “Dolores” donde persigo mujeres ajenas, que me lleven a sus casas, para ahí, dejarme morir, aunque soy tuyo y, voy a los lugares pactados y, te espero hasta que me dejes plantado. Aunque soy tuyo, todo el tiempo, incluso cuando sueño, incluso cuando rio. Aunque soy tuyo, digamos que espero librarme de ti algún día.
Si, algún día espero librarme de ti. Espero que eso algún día me de felicidad (o no se si prefería la tristeza, como ahora), pero en este momento, regreso por fin a escribir, a encerrarme en estos muros, por que ya llego la navidad para los tristes, la navidad, de los que el resto del año son felices, o por lo menos no tan hipócritas.
Por ultimo, les dejo una canción de Joaquín Sabina, que prácticamente es un poema, se llama “Noches de boda” y es una invitación, a vivir, y como dice aquella canción, “Que no te cierren el bar de la esquina”
Nos seguimos viendo pronto.
Que el maquillaje no apague tu risa,
que el equipaje no lastre tus alas,
que el calendario no venga con prisas,
que el diccionario detenga las balas.
Que las persianas corrijan la aurora,
que gane el quiero la guerra del puedo,
que los que esperan no cuenten las horas,
que los que matan se mueran de miedo.
Que el fin del mundo te pille bailando,
que el escenario me tiña las canas,
que nunca sepas ni cómo, ni cuándo,
ni ciento volando, ni ayer ni mañana.
Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.
Que las verdades no tengan complejos,
que las mentiras parezcan mentira,
que no te den la razón los espejos,
que te aproveche mirar lo que miras.
Que no se ocupe de ti el desamparo,
que cada cena sea tu última cena,
que ser valiente no salga tan caro,
que ser cobarde no valga la pena.
Que no te compren por menos de nada,
que no te vendan amor sin espinas,
que no te duerman con cuentos de hadas,
que no te cierren el bar de la esquina.
2 Los que Comentan:
at: miércoles, diciembre 23, 2009 dijo...
Un saludo antes que nada, vaya que tiene mucho tiempo que no publicabas, y se extrañaban tus letras por estos rumbos, ps creo que te entiendo muchas veces cuando estamos tristes es cuando las ganas de escribir, pensar surgen mas rapido de cuando estamos felices, vaya que tienes mucha razon, pero como todo en la vida hay bajas y altas, solo es cuestion de como dicen, olvidar y vivir con mucha entrega y pasin por lo que hacemos, espero ya no andes tan triste, nos seguimos leiendo
saludos¡
at: miércoles, diciembre 23, 2009 dijo...
Qué bien que estés de nuevo. Al hablar de esa relación felicidad-ausencia de musas hiciste que me acordara del excelente canta-autor cubano Virulo con su tema “El anti bolero”. Seguro lo recuerdas.
Quiero que me dejen solo
Que se me acabe el dinero
Me abandonen mis amigos
Me traicione mi mujer
Que hasta mi perro me ladre
Que me maldiga mi madre
Ser alcohólico y beber
Para poder componer.
PD feliz solsticio de invierno
Publicar un comentario