¿Ustedes creen en los amores a primera vista? Es que acaso existen otros, yo conozco la historia de un tipo que se enamoro desde la ventana de un octavo piso, es la historia de un amigo.
Un día estaba con la mirada perdida en el smog del D.F. cuando bajo la mirada del cielo a la calle, o más bien del smog al cielo por que ahí estaba ella, la dulce Karla, de belleza soberbia, radiante cruzaba la calle y a su paso, se detenía toda la ciudad. Enfrente había un edificio en obras, y todos detenían su ritmo frenético para observar a aquella mujer, un obrero estuvo tentado de lanzarle un piropo, pero, el de al lado le dio un codazo, para callarlo, tal era el silencio litúrgico, que provocaba aquella mujer.
Y mi amigo se quedo embobado mirando a aquella mujer, que iba cruzando, que tal vez pensaba lo duro seria su primer día de trabajo en el restaurante de la esquina. El se quedo embobado mirando como la puerta del restaurante se tragaba a aquella mujer y supo mi amigo que nada seria igual.
A la mañana siguiente, después de haber pensado toda la noche en aquella mujer, mi amigo salio a la ventana, se asomo y allí la encontró y aquella cita era diaria, aquella cita se convirtió en una obsesión, día tras día mi amigo se asomaba a la ventana y la veía pasar, y se preguntaba como seria ella, como seria su vida, como despertaría, como dormiría y pasaban los días y pasaban los meses.
Mi amigo, a veces creía percibir el perfume, de ella desde lo alto del edificio, o creía escucharla tararear una canción y la melodía le perseguía durante todo el día y pasaban los meses y pasaron años y mi amigo asomado a la ventana. Preocupándose cuando la veía caminar bajo la lluvia sin paraguas, preocupado cuando la creía ver más delgada.
Paso mucho tiempo y, muchas veces estuvo tentado mi amigo de bajar los ocho pisos para decirle a aquella mujer que, que diablos, que la amaba, pero no lo hizo, paso mucho tiempo cuatro años asomado a la ventana. Y planeando el momento preciso, para, acercarse a ella.
Por fin tomo una decisión, seria este día, ese día terrible mi amigo se sorprendió un poco cuando no la vio pasar por debajo de su ventana pero aun así a la hora de comer se fue a buscarla, a el restaurante, la busco entre las mesas pero no la encontró, así que pregunto al encargado, el encargado, le dijo que Karla se había marchado, no del restaurante, del D.F. se había ido a Acapulco, con su familia y no iba a volver. Mi amigo supo del dolor amargo de la derrota, supo que aquella mujer no volvería a cruzar por debajo de su ventana.
Decidió volver a su trabajo arrastrando su cuerpo por los ocho pisos, no se sorprendió cuando en la octava planta, encontró a todo el mundo alborotado, de un lado para otro, frenético, alguien con el rostro desencajado le dijo que la empresa había quebrado, que estaban en la bancarrota, así que todos a la calle.
En un día, había perdido todo, la mujer que amaba, el trabajo, así que se fue para casa, no muy sorprendido, el mundo se derrumbaba y lo hacia de una vez, durante mucho tiempo estuvo abandonándose en casa, sin saber que hacer, solamente pensando, en la dulce Karla, primero sin el valor para irla a buscar a Acapulco y luego sin el dinero necesario, paso otro año, cinco años pasaron, desde que vio a Karla, por primera vez.
Decido por fin hacer algo, empezó a buscar trabajo, pero mi amigo tenía 39 años, y en el D.F. no es fácil encontrar trabajo a esa edad, por que ya no eres el hombre agresivo que buscan las empresas, y en todas las entrevistas le decían que no, y que no, y que no.
Así que mi amigo decido tomar una decisión, que cambio su vida, decidió buscar a un coyote, mi amigo bien podría aparentar unos treinticuatro así que le pediría al coyote que cambiara su acta de nacimiento para que dijera que tenia treinticuatro, para así poder conseguir algún trabajo. Y así se fue a la plaza de Santo Domingo, donde están los coyotes, y ahí tienes a mi amigo, perdido, buscando de un lado para otro, se termino perdiendo entre las callejuelas y apareció, en un callejón, y en un portal, antiguo, observo como un anciano le hacia señas, le sonreía y le hacia señas para que lo siguiera, mi amigo, siguió a aquel misterioso hombre, y supo que era un coyote, mi amigo le dijo lo que necesitaba.
El coyote mientras tomaba datos, le dijo, ¿alguna vez has estado en Acapulco?, a mi amigo le dio un vuelco al corazón y se deshacía en el latido del recuerdo, no, nunca, fue lo que dijo, el viejo le dijo, veras, yo vivo cerca de la autopista, hacia Acapulco, cerca de Tepoztlan, conoces la curva de la autopista, conoces la leyenda, la del fantasma, que pide Ray en el mismo sitio, que se subía en el primer coche y desaparecía, en la curva en que se mato, aquella carretera estaba deshabitada partir de las doce de la noche, casi nadie pasaba por ahí por miedo al fantasma.
El viejo le dijo, muchas veces he estado tentado de agarrar la autopista para Acapulco y empezar de nuevo, mi amigo se quedo pensando en Acapulco, en Karla, al rato vino el viejo coyote, con los documentos falsos y se fue para casa. Aquella noche durmió con el recuerdo de la dulce Karla.
A la mañana siguiente el teléfono sonó muy temprano, alguien al otro lado le decía “Oye que tienes que venir a la oficina, a la reunión que es urgentísimo, que tienes que estar aquí” y mi amigo colgó maldiciendo al tipo que estaba al otro lado de la línea, -la oficina-, el caso es que antes de despedirse el coyote le dijo “Ten cuidado, vuelves a tener treinticuatro no vuelvas a cometer los mismos errores” pensó en las palabras del coyote mientras despertaba y prendía la radio, y en la radio las noticias de otras veces y mi amigo buscando los papeles del coyote sin éxito, y en la radio las noticias de otras veces, hasta que alguien dijo la fecha, era la de hace cinco años, bajo corriendo las escaleras y compro el primer periódico que vio, miro la fecha y era la de hace cinco años.
Volvía a tener treinta y cuatro, tomo un taxi hacia la oficina, subió las escaleras corriendo, ahí estaba todo igual, su mismo despacho, la misma gente y la misma ventana, mi amigo se acerco a ella se asomo, y su aliento se detuvo como el de toda la ciudad al paso de la dulce Karla, por que todo empezaba de nuevo, era un buen principio., principio de incertidumbre.
Esta historia continuara, espero que les guste, espero que la disfruten, por ultimo le dejo un poema, que escribí en un momento como el de mi amigo, cuando crees que todo esta perdido.
Sobrevivo,
Con los niños,
Con los amigos,
Con los padres,
Con mis padres,
Con los libros,
Con una pluma,
Con vida, sin ella,
Sobrevivo,
Pero algo falta,
Para vivir,
Y ese algo,
No se si es
Ella…
Un día estaba con la mirada perdida en el smog del D.F. cuando bajo la mirada del cielo a la calle, o más bien del smog al cielo por que ahí estaba ella, la dulce Karla, de belleza soberbia, radiante cruzaba la calle y a su paso, se detenía toda la ciudad. Enfrente había un edificio en obras, y todos detenían su ritmo frenético para observar a aquella mujer, un obrero estuvo tentado de lanzarle un piropo, pero, el de al lado le dio un codazo, para callarlo, tal era el silencio litúrgico, que provocaba aquella mujer.
Y mi amigo se quedo embobado mirando a aquella mujer, que iba cruzando, que tal vez pensaba lo duro seria su primer día de trabajo en el restaurante de la esquina. El se quedo embobado mirando como la puerta del restaurante se tragaba a aquella mujer y supo mi amigo que nada seria igual.
A la mañana siguiente, después de haber pensado toda la noche en aquella mujer, mi amigo salio a la ventana, se asomo y allí la encontró y aquella cita era diaria, aquella cita se convirtió en una obsesión, día tras día mi amigo se asomaba a la ventana y la veía pasar, y se preguntaba como seria ella, como seria su vida, como despertaría, como dormiría y pasaban los días y pasaban los meses.
Mi amigo, a veces creía percibir el perfume, de ella desde lo alto del edificio, o creía escucharla tararear una canción y la melodía le perseguía durante todo el día y pasaban los meses y pasaron años y mi amigo asomado a la ventana. Preocupándose cuando la veía caminar bajo la lluvia sin paraguas, preocupado cuando la creía ver más delgada.
Paso mucho tiempo y, muchas veces estuvo tentado mi amigo de bajar los ocho pisos para decirle a aquella mujer que, que diablos, que la amaba, pero no lo hizo, paso mucho tiempo cuatro años asomado a la ventana. Y planeando el momento preciso, para, acercarse a ella.
Por fin tomo una decisión, seria este día, ese día terrible mi amigo se sorprendió un poco cuando no la vio pasar por debajo de su ventana pero aun así a la hora de comer se fue a buscarla, a el restaurante, la busco entre las mesas pero no la encontró, así que pregunto al encargado, el encargado, le dijo que Karla se había marchado, no del restaurante, del D.F. se había ido a Acapulco, con su familia y no iba a volver. Mi amigo supo del dolor amargo de la derrota, supo que aquella mujer no volvería a cruzar por debajo de su ventana.
Decidió volver a su trabajo arrastrando su cuerpo por los ocho pisos, no se sorprendió cuando en la octava planta, encontró a todo el mundo alborotado, de un lado para otro, frenético, alguien con el rostro desencajado le dijo que la empresa había quebrado, que estaban en la bancarrota, así que todos a la calle.
En un día, había perdido todo, la mujer que amaba, el trabajo, así que se fue para casa, no muy sorprendido, el mundo se derrumbaba y lo hacia de una vez, durante mucho tiempo estuvo abandonándose en casa, sin saber que hacer, solamente pensando, en la dulce Karla, primero sin el valor para irla a buscar a Acapulco y luego sin el dinero necesario, paso otro año, cinco años pasaron, desde que vio a Karla, por primera vez.
Decido por fin hacer algo, empezó a buscar trabajo, pero mi amigo tenía 39 años, y en el D.F. no es fácil encontrar trabajo a esa edad, por que ya no eres el hombre agresivo que buscan las empresas, y en todas las entrevistas le decían que no, y que no, y que no.
Así que mi amigo decido tomar una decisión, que cambio su vida, decidió buscar a un coyote, mi amigo bien podría aparentar unos treinticuatro así que le pediría al coyote que cambiara su acta de nacimiento para que dijera que tenia treinticuatro, para así poder conseguir algún trabajo. Y así se fue a la plaza de Santo Domingo, donde están los coyotes, y ahí tienes a mi amigo, perdido, buscando de un lado para otro, se termino perdiendo entre las callejuelas y apareció, en un callejón, y en un portal, antiguo, observo como un anciano le hacia señas, le sonreía y le hacia señas para que lo siguiera, mi amigo, siguió a aquel misterioso hombre, y supo que era un coyote, mi amigo le dijo lo que necesitaba.
El coyote mientras tomaba datos, le dijo, ¿alguna vez has estado en Acapulco?, a mi amigo le dio un vuelco al corazón y se deshacía en el latido del recuerdo, no, nunca, fue lo que dijo, el viejo le dijo, veras, yo vivo cerca de la autopista, hacia Acapulco, cerca de Tepoztlan, conoces la curva de la autopista, conoces la leyenda, la del fantasma, que pide Ray en el mismo sitio, que se subía en el primer coche y desaparecía, en la curva en que se mato, aquella carretera estaba deshabitada partir de las doce de la noche, casi nadie pasaba por ahí por miedo al fantasma.
El viejo le dijo, muchas veces he estado tentado de agarrar la autopista para Acapulco y empezar de nuevo, mi amigo se quedo pensando en Acapulco, en Karla, al rato vino el viejo coyote, con los documentos falsos y se fue para casa. Aquella noche durmió con el recuerdo de la dulce Karla.
A la mañana siguiente el teléfono sonó muy temprano, alguien al otro lado le decía “Oye que tienes que venir a la oficina, a la reunión que es urgentísimo, que tienes que estar aquí” y mi amigo colgó maldiciendo al tipo que estaba al otro lado de la línea, -la oficina-, el caso es que antes de despedirse el coyote le dijo “Ten cuidado, vuelves a tener treinticuatro no vuelvas a cometer los mismos errores” pensó en las palabras del coyote mientras despertaba y prendía la radio, y en la radio las noticias de otras veces y mi amigo buscando los papeles del coyote sin éxito, y en la radio las noticias de otras veces, hasta que alguien dijo la fecha, era la de hace cinco años, bajo corriendo las escaleras y compro el primer periódico que vio, miro la fecha y era la de hace cinco años.
Volvía a tener treinta y cuatro, tomo un taxi hacia la oficina, subió las escaleras corriendo, ahí estaba todo igual, su mismo despacho, la misma gente y la misma ventana, mi amigo se acerco a ella se asomo, y su aliento se detuvo como el de toda la ciudad al paso de la dulce Karla, por que todo empezaba de nuevo, era un buen principio., principio de incertidumbre.
Esta historia continuara, espero que les guste, espero que la disfruten, por ultimo le dejo un poema, que escribí en un momento como el de mi amigo, cuando crees que todo esta perdido.
Sobrevivo,
Con los niños,
Con los amigos,
Con los padres,
Con mis padres,
Con los libros,
Con una pluma,
Con vida, sin ella,
Sobrevivo,
Pero algo falta,
Para vivir,
Y ese algo,
No se si es
Ella…
5 Los que Comentan:
at: viernes, julio 03, 2009 dijo...
¿Por qué la vida será así?
Hacer, no hacer, hablar, no hablar, mirar, no mirar, contar, no contar, arriesgar o no.. y, si se hace todo, ¿será mejor?
Será el miedo y no la vida... see.. es el miedo.. querer adelantar y retroceder el tiempo.. sentirle aunque esté lejos.. llorarle aunque no esté para que me consuele...
y pasan los malditos minutos.. y me creo que escribiendo ya lo hice todo. Me creo que ya le tengo conmigo. Y dejo de escribir y me siento perdida de nuevo.
¿Por qué la vida será así?
at: sábado, julio 04, 2009 dijo...
En verdad que me gusto mucho y en verdad espero que continue, me quede con toda la curiosidad e incertidumbre.
Amor a primera vista, deberias ver la pelicula Wicker Park, muy buena.
Cuidate, nos estamos leyendo.
Male C.
at: domingo, julio 05, 2009 dijo...
Inspirador tu blog =)de igual manera escribes muy bien y en verdad muchas gracias por tomarte tu tiempo y pasar por mi olvidado blog jejeje. Muy linda esa historia...seguire al pendiente para ver que pasa, asi que nos estamos leyendo =)
pasate una lindo dia.
abrazos!
at: lunes, julio 06, 2009 dijo...
Nooo porque lo cortaste en esa parte.. esta muy linda la historia... a cuantos les gustaria volver el tiempo atras pero es algo que no se puede.. y que aprender a vivir con el presente que uno mismo se construye..
me voy jee
Besos!!!
at: lunes, julio 13, 2009 dijo...
Que buen inicio esta interesante tu cuento muy bueno, ahy veces que desearia poder retroceder el tiempo igual que tu historia no sabes cuantas cosas podria reparar pero eso no pasara, la vida no tendria chiste si pudieramos retroceder el tiempo porque de los errores aprendemos no existe ese mundo ideal en donde todo saldra perfecto, pero si podemos idear para reparar algunas de esas cosas de las cuales a veces hay arrepentimientos esos de "tragame tierra" o el clasico de porque no hice o dije esto, y eso creo que a muchos nos ha pasado y en especial mas a mi pero bueno la vida sigue y seguiremos aprendien tu cuento tiene mensajes que me serviran :):):)
bye
te quiero mucho
ARELI
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