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martes, 23 de junio de 2009

Noticia (no tan nueva).



El principio de incertidumbre, por el matemático Heisenberg, explica que no se puede determinar, simultáneamente y con precisión exacta, ciertos pares de variables físicas, como son, por ejemplo, la posición y la cantidad de movimiento de un objeto dado. En palabras sencillas, cuanta mayor certeza se busca en determinar la posición de una partícula, menos se conoce su cantidad de movimiento lineal.

Este Principio supone un cambio básico en nuestra forma de estudiar la naturaleza, ya que se pasa de un conocimiento teóricamente exacto (o al menos, que en teoría podría llegar a ser exacto con el tiempo) a un conocimiento basado sólo en probabilidades y en la imposibilidad teórica de superar nunca un cierto nivel de error.

En ese nivel de errores podemos poner, muchas cosas, como la música, la poesía, la pintura, los sentimientos, por que esto no se puede predecir, así que no se puede predecir que ritmo seguirá esta música, o que verso tendrá, la siguiente poesía, que óleo usara, el pintor, o por supuesto que pasara con el amor. Por lo menos a mi eso me da mucho gusto, ya que eso significa, que no todo esta escrito, que aun queda esa pequeña veta, a la que podemos voltear, y rectificar el camino, amar de nuevo, podemos hacer mucho, ya que aun estamos en este lugar que muchos llaman presente.

No se puede saber que va a seguir nuestro amor, pero si se puede saber, que existe en el, bueno eso depende de cada persona, en algunas personas hay locura, en otras pasión, en otras cuantas calor, y en muchas, frío. Pero esto no se puede calcular, ni siquiera predecir o por lo menos no del todo.

Así que les dejo algo que existe en mi amor, espero que les guste, y gracias a Heisenberg por darnos esperanza de que no todo es preciso, por darnos esa esperanza de que existe incertidumbre. Que todavía hay esperanza.


“En mi amor”

A veces mientras duermo,
Me levanto a matarte,
Acaricio seriamente tu cuello
Lo muerdo con mis manos,
Vulgarmente te ahorco,
Te estrujo, trato de lastimarte,
Pero no lo logro, solo duermo.

Al otro día, cuando despierto,
Tú tomas como “tierno”,
De mi parte, la manera
En que envuelvo tu cuello,
Nunca presumes lo que intento,
Quizás si lo sabes pero lo callas.

A veces mientras hablamos,
Paro el tiempo, te grito,
Te insulto, hasta a veces,
Te golpeo ya sea con el puño,
O con mi agria boca,
Llego sigo el tiempo,
Sigo hablando.

Terminas de escucharme,
A veces discutimos del tema,
Pero nunca, hasta ahora,
Has sospechado de mis insultos,
Ni siquiera, aun, te has ofendido,
De algún comentario.

Pero existen otras veces,
Hay veces donde me despierto,
Y te beso toda la noche
Con una ausencia tal como,
La de un muerto o un fantasma,
Te beso, recorriéndote
Sin odio solo con amor.

Al despertar, me reclamas,
Por que me sentiste ausente,
No sentiste ni una caricia,
O un beso, ni siquiera mi presencia,
No me sentiste…
Tal vez sea bueno, pero no malo.

También hay días en que
Te digo palabras de amor,
A veces de aliento, no de odio,
Te digo todo lo que siento,
Todo lo que te amo, pero;
Tu notas mi odio.

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